miércoles, 28 de octubre de 2009

La Generación Incipiente

por Abderramán Brenes-La Roche
Tuesday, Oct. 27, 2009 at 10:32 AM


Reflexión sobre el rol de la juventud durante el pasado Paro Nacional del 15 de octubre y hacia donde podría dirigirse.


.la fotos es mia.

Hoy más que nunca estamos viviendo las consecuencias nefastas del neoliberalismo en Puerto Rico (A.P.P., ley 7, ley de permiso, plan de uso de terreno, privatización etc.). No hay duda que la sociedad puertorriqueña está pasando por una fermentación social, viejos paradigmas se vienen abajo y nuevos paradigmas deben sustituirlos. Ya la máxima albizuista está ganada, “o yanquis o puertorriqueños”, más allá de algunos elementos, la mayoría del pueblo se siente orgulloso y se identifica como puertorriqueño. También la farsa del ELA, ya muy pocos la creen y los que la creyeron ya aceptan su caducidad. Entonces, ¿cuál es el compromiso de nuestra generación? ¿Qué nos toca crear? Nos toca construir la sociedad que aspiramos.

La nueva generación, o generación pos-soviética, es responsable de toda esta almarga de energía creadora que la llevó a participar de la huelga de la telefónica, la lucha contra la marina en Vieques, el CUCA, las luchas por el libre acceso a las playas, contra Paseo Caribe y el temible Gasoducto, la huelga magisterial y ahora contra la ley 7. Toda esa juventud paralizó el sistema de la UPR. Los estudiantes y trabajadores del arte luchan por mantener la cultura a flote. Se siguen creando frentes estudiantiles como el Consejo de Educación en Defensa de la Educación Pública en la Facultad de Sociales y la creación del Comité de Acción y su grupo de apoyo de la Facultad de Derecho de la UPR. De esta juventud se nutrió, en su sentido más amplio, el expreso aquel 15 de octubre, día del Paro Nacional.

Se acepta la crítica de muchos sobre la desorganización y la falta de objetivos claros entre la mayoría de los allí presentes en aquel momento de tensión. Pero algo debe quedar claro entre todos, la juventud se desprendió de la manta protectora de los “líderes” que quisieron resolver por nosotros. Aunque la ayuda de algunos de ellos nos fue de gran valía, faltaríamos a la verdad si calláramos el rol protagónico de nuestra generación en todos los aspectos. Las abogadas y abogados que intervinieron pertenecen a nuestra generación. La intervención del líder Rafael Cancel Miranda, más allá de auxiliarnos en el momento clave, sirvió mas bien para legitimar lo que ya en asamblea los estudiantes habían decidido y que algunos por ingenuidad o falta de madurez política no querían entender.

Lo que muchos no logran captar sobre la acción de bloquear el flujo de la autopista es que fue sin duda el único suceso que el Estado no contemplaba y por ende no previó. El Estado se preparó para mantener el flujo vehicular en las zonas impactadas por las marchas y el comercio. Plaza Las Américas y la Milla de Oro se prepararon como para huracanes y todo transcurrió con relativa normalidad. Pero por otro lado, la toma del expreso fue el jaque mate del Paro, fue una gran victoria del movimiento incipiente que no necesariamente se siente representado por muchos de esos “líderes” que ya no nos representan.

Entonces, ¿ahora qué? ¿Cuál es el deber de esta generación en el proceso de recomposición social de Puerto Rico? ¿No es a nosotros a quienes nos toca encaminar el porvenir de nuestro país? Debemos plantearnos seriamente proponer desde nuestras trincheras ideas alternativas concretas para ofrecerle a nuestra clase trabajadora otras opciones que no sean las tradicionales.

Las alternativas tienen que nacer del seno del movimiento amplio donde los estudiantes, abogados, economistas, trabajadores sociales, psicólogos, sociólogos, maestros, científicos, agricultores, ambientalistas, religiosos que abracen la teología de la liberación, artistas y las juventudes socialistas podamos converger en la creación de un modelo sociopolítico real que satisfaga las necesidades básicas de nuestro pueblo. Debemos crear la esperanza nuevamente en la juventud que tanta falta hace. Debemos construir la confianza del pueblo en nosotros. Tenemos que ganarnos el espacio entre el liderato actual y demostrar que contamos con la madurez política para plantearnos metas y objetivos concretos, y dejar a un lado la improvisación, característica intrínseca del colonialismo que padecemos.

Ahora que la sociedad ha florecido y nos empezamos a notar unos a otros, es el momento para plantearnos decididamente si vamos a dejar que la lucha la sigan timoneando los mismos de siempre; aquellos que no han podido sobrepasar las viejas rencillas y han preferido mantener su ego intacto a costas del movimiento reivindicador y la verdadera unidad.

Ahora que muchos nos hemos levantado, podemos seriamente plantearnos que estamos ante el inicio de un gran giro en nuestra lucha por la emancipación de los trabajadores y de nuestra Nación. Empecemos a consolidar gremios: los estudiantes del sistema UPR, los artistas, ambientalistas, sindicalistas y religiosos. Intentemos convocarnos en un futuro no lejano a un congreso para nutrirnos mutuamente de las ideas de cada sector. Vayamos por lo menos haciendo embocadura y comencemos aceptando nuestro rol protagónico en la sociedad que nos tocó luchar. En la juventud se encuentra el porvenir. ¡Atrevámonos a aceptar el reto!

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